El centro histórico, o ciudad vieja, ubicado alrededor del famoso Pelourinho (lugar donde los esclavos eran castigados) se caracteriza tanto por su fidelidad al estilo del siglo XVI como por su densidad arquitectónica y su homogeneidad, en un lugar accidentado y pintoresco exaltando el paisaje urbano con vistas verticales incomparablemente majestuosas.

En conjunto con edificios de primera importancia del siglo XVII y XVIII, como la catedral, los conventos de São Francisco (maravillosos azulejos portugueses), de São Domingos, de Carmo y de Santo Antônio, el Pelourinho conserva varios palacios del siglo XVI y de la época barroca. Tiene más que todo, innumerables callejuelas características de la ciudad colonial, con mansiones de colores vivos, exhibiendo estucos de grande calidad e  iglesias con rica decoración (se dice que Salvador tiene 365!).

Declarado en 1985 por la UNESCO patrimonio mundial de la humanidad, el Pelourinho se beneficia de un amplio programa de limpieza y restauración iniciado en los años 1990. Aquí nació el músico Gilberto Gil, y aquí se encuentra la casa de Jorge Amado, el más famoso escritor de Bahia. El fotógrafo Pierre Verger y el pintor Carybé, ambos bahianos de adopción vivieron aquí también. El « Pelô » como se dice, barrio muy popular y animado, es el centro de la vida nocturna de Salvador, especialmente para quien gusta de fiestas improvisadas, de música enloquecida, y de bares coloridos adonde el ambiente tropical de las noches brasileñas se revela. Cada semana (el Martes a noche) le bendición del barrio es la oportunidad perfecta para el surgimiento de tales fiestas.

Durante el día, las calles peatonales del Pelourinho son ricas en pequeñas tiendas de artesanías y galerías de artistas con la más variada producción.

Este conjunto fabuloso hace de Salvador la ciudad colonial mas destacada en todo el Nordeste brasileño.